WASHINGTON.- Bajo una enorme presión, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y sus principales asesores definían este lunes la represalia de Estados Unidos al bombardeo a tropas norteamericanas en Jordania, tras un ataque de un grupo respaldado por Irán que dejó tres muertos y más de 30 heridos y amplificó dramáticamente el riesgo cada vez más latente a que el conflicto en Medio Oriente escale a una guerra regional.

Este lunes, Biden se reunió con miembros de su equipo de seguridad nacional en la Sala de Situación de la Casa Blanca para discutir los últimos acontecimientos relacionados con el ataque contra miembros del servicio de EE.UU. en el noreste de Jordania, cerca de la frontera con Siria. Entre los participantes se encontraban el Asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan, el Secretario de Defensa Lloyd J. Austin III, el Director de Inteligencia Nacional Avril Haines, el Jefe de Gabinete Jeff Zients, el Asesor Principal Adjunto de Seguridad Nacional Jon Finer, Asesora de Seguridad Nacional Dra. Liz Sherwood Randall, y Coordinadora de NSC para el Medio Oriente Brett McGurk

El ataque, atribuido al grupo Resistencia Islámica, una de las milicias en la región que recibe respaldo de Teherán, causó las primeras bajas en el ejército de Estados Unidos desde el brutal atentado terrorista de Hamas en Israel el último 7 de octubre, que desató una nueva ola de violencia en Medio Oriente. “Vamos a responder”, dijo Biden el domingo por la noche en una iglesia en Carolina del Sur, luego de un momento de silencio por las víctimas.

Biden y su equipo seguridad nacional arrancaron la semana en un máximo hermetismo y con la delicada misión de calibrar una respuesta al bombardeo en una región que se ha convertido en un maná de violencia y ante el riesgo latente de una escalada que termine por involucrar a otros actores en el conflicto, sobre todo, a Irán, ampliamente señalado en Washington como el principal foco de desestabilización en la región. Teherán respalda a Hamas, pero también a otros grupos terroristas, como Hezbollah, que libera su propia ofensiva desde el Líbano.

Tras el ataque, la Casa Blanca se enfrentaba al rugido de los tambores de guerra en Washington, con una fuerte presión política de los republicanos en el Congreso para actuar con agilidad y determinación. Varios senadores exigían nada menos que un ataque directo a Irán en represalia por las víctimas norteamericanas, una represalia “devastadora” que enviara un mensaje unívoco a la región y al mundo.

“Cuando la Administración Biden dice “no lo hagan”, los iraníes “lo hacen”. La retórica de la Administración Biden está cayendo en oídos sordos en Irán. Su política de disuasión contra Irán ha fracasado estrepitosamente. Ha habido más de 100 ataques contra fuerzas estadounidenses en la región. Irán no se inmuta”, dijo el senador Lindsey Graham, una de los republicanos de mayor trayectoria en la Cámara alta del Capitolio, donde compartió varios años con Biden. “Ataquen a Irán ahora. Atáquenlos fuerte”, insistió.

El senador John Cornyn redobló esa orden: “Apunten a Teherán”, fue su escueto mensaje. John Cotton, otro senador republicano de Arkansas, dijo que cualquier represalia que no sea “devastadora” solo confirmará que Biden es un “cobarde”.

“La única respuesta a estos ataques debe ser una represalia militar devastadora contra las fuerzas terroristas de Irán, tanto en Irán como en todo el Medio Oriente”, exigió Cotton. “Cualquier cosa menos confirmará a Joe Biden como un cobarde indigno de ser comandante en jefe”, atizó.

El ataque también se coló, como era de esperarse, en la campaña presidencial. El virtual candidato presidencial y expresidente, Donald Trump, atacó a Biden al acusarlo de haberle entregado “miles de millones de dólares” al régimen iraní. “Nuestro país no puede sobrevivir con Joe Biden como comandante en jefe”, fustigó Trump en un posteo en su red social, Truth Social.

“Hace tres años, Irán era débil, estaba en quiebra y totalmente bajo control. Gracias a mi política de Máxima Presión, el régimen iraní apenas pudo reunir dos dólares para financiar a sus representantes terroristas. Luego entró Joe Biden y le dio a Irán miles de millones de dólares, que el régimen ha utilizado para sembrar derramamiento de sangre y matanzas en todo Medio Oriente”, escribió Trump.

“Este ataque NUNCA habría ocurrido si yo fuera presidente, ni siquiera una posibilidad. Así como el ataque de Hamás a Israel, respaldado por Irán, nunca habría ocurrido, la guerra en Ucrania nunca habría ocurrido y ahora tendríamos paz en todo el mundo”, indicó Trump.