El sábado a la tarde, dos menores, que iban montados sobre un caballo bayo y se desplazaban, al galopito, por la vereda de la calle, le robaron a una mujer que esperaba el colectivo en el cruce de Tres de Febrero y Rivadavia, en el partido de San Fernando, provincia de Buenos Aires.

Cuando llegaron a la mencionada intersección. El ladrón que viajaba como pasajero, vestido con remera blanca, short azul, zapatillas blancas y con una boina anaranjada, se lanzó como un rayo sobre la víctima, le arrebató el teléfono celular que tenía en un bolsillo y a continuación, con una agilidad que envidiaría el mismísimo Jorge Valdivieso - exjockey argentino-, saltó sobre el lomo del caballo y salió disparado entre los autos que circulaban por Rivadavia en dirección a la costanera de San Fernando.

Luego, gracias a las cámaras de seguridad del Municipio de San Fernando, se pudo establecer que escaparon hacia el barrio El Garrote, ubicado en Tigre. Los menores ya fueron identificados. Las imágenes de dicho municipio fueron aportadas a la Justicia como así también todo el material del caso, contó a LA NACION una fuente allegada al partido de San Fernando.

Historia de los últimos robos a los “cabachorros”

Las modalidades delictivas y los vehículos que utilizan los ladrones para escapar con sus botines se siguen ampliando. En diciembre, una cámara de seguridad privada, captó el momento en el que un joven huía, arriba de un caballo, con un aparatoso amplificador que había sustraído a una vecina de La Plata.

El hecho ocurrió en el Barrio Hipódromo de la capital bonaerense, cerca de las calles 39 y 121. En las imágenes se puede ver al delincuente cabalgar con dificultad por la vereda donde casi embiste a una vecina cuando salía de su vivienda y que observa atónita la situación.

El joven, que fue detenido poco después, llevaba en su mano derecha las riendas del caballo y, con la izquierda, sostenía el equipo de sonido que tenía casi el mismo tamaño de su torso.

Un caso similar es el de Carlos Gabriel C., un joven delincuente de 26 años, residente en Punta Lara, partido de Ensenada, que fue detenido a fines de septiembre cuando robó, por segunda vez en un mes, la misma heladería. Entre ambos hechos delictivos, en los que utilizó un arma de fuego para quedarse con la recaudación del local, fue visto por las calles de Ensenada montando un caballo que había sustraído a otro vecino del partido bonaerense.

Los tres hechos habían quedado registrados en cámaras de seguridad privadas y del municipio que permitieron poder vincular al ladrón del último hecho con los dos anteriores.

El primero de los robos ocurrió segundos antes de las 22 del 31 de agosto en un local de Grido helado, situado en Horacio Cestino y Eva Perón, en Ensenada. Allí, a punta de pistola, robó la recaudación y se escapó antes de que los efectivos policiales lo pudieran detener. Sin embargo, su rostro quedó registrado en las cámaras de seguridad que tiene en el interior la heladería.

Robo de un caballo en Ensenada

Seis días después, el mismo delincuente fue captado por las cámaras de seguridad del partido de la zona sur bonaerense, mientras robaba un caballo del fondo de una casa quinta, en pasaje Castellanos, y salió a cabalgar por las calles de Ensenada durante la noche.

Luego de tres semanas sin haber sido visto en otro hecho delictivo, Carlos Gabriel C. llegó de nuevo hasta el local de Grido Helados de Horacio Cestino y Eva Perón. Allí, a las 19.21 amenazó a las empleadas para que le dieran el dinero de la recaudación. Tras obtener el botín, que ascendía a los $21 mil, el ladrón se fue caminando.

Sin embargo, en esta oportunidad, las víctimas lograron dar aviso rápido a las fuerzas de seguridad que detuvieron al ladrón a pocas cuadras de la heladería, en la esquina de Ecuador y Bossinga.