
Es mesera en Michigan, recibió US$10.000 de propina y la compartió con todos, pero sus jefes la despidieron
Era un día normal en el...
Era un día normal en el Mason Jar Café de Benton Harbor de Michigan, donde Linsey Boyd y sus compañeros atendían las mesas con amabilidad, como era de costumbre. Cuando terminó de ocuparse de una mesa, la mujer se quedó sin palabras al ver que un cliente misterioso había dejado una propina de US$10.000, una suma que cambiaría la vida de los empleados del restaurante.
La moza quedó sorprendida por la generosidad del cliente, quien deseaba permanecer en el anonimato y le pidió que compartiera la propina entre todo el personal. El hombre disfrutó de un desayuno estándar durante el lunes, después de asistir a un servicio funerario de un amigo que había fallecido recientemente.
Para honrar su memoria no se le ocurrió mejor idea que sacarle una enorme sonrisa a la moza que lo atendió en ese momento, Linsey Boyd, y al resto de los empleados. Más tarde, el café publicó una foto del ticket con la información escrita a mano y el apellido del hombre tachado en línea.
En respuesta, medios de comunicación como Free Press, informaron sobre la conmovedora historia, donde agregaron que el sujeto de mediana edad, con un traje oscuro, había pagado su factura de US$32,43 con una tarjeta American Express y que dejó una propina exorbitante con la esperanza de difundir algo de alegría.
“Simplemente, le di un abrazo. Ni siquiera sabía su nombre en ese momento, pero le di un abrazo. Luego me dijo que le había dejado un recuerdo de alguien muy querido para él y que quería hacer algo amable y generoso en su nombre”, declaró Linsey Boyd, moza del Mason Jar Café para WSBT.
Qué pasó con la propina y con el trabajo de la mozaEl gesto del cliente anónimo en el Mason Jar Café conmovió a todos los presentes. Boyd, la afortunada receptora de la propina de $10.000, decidió seguir el deseo del cliente y compartirla con sus compañeros de trabajo. Esta acción generó asombro y gratitud entre el personal del restaurante, quienes suelen guardar sus propias propinas.
Ava White y Jessica Ulrich, dos mozas que estaban presentes ese día, expresaron su sorpresa y admiración por la generosidad de Linsey al compartir la propina. Tim Sweeney, el director del café, elogió el ambiente positivo creado por el amable personal del restaurante y expresó su gratitud por la generosidad del cliente.
Según información de New York Post, los empleados del Mason Jar Café se consideran una familia, y varios de ellos expresaron su deseo de honrar a la persona fallecida a la que el cliente quería conmemorar con su gesto generoso. Sin embargo, la alegría y la gratitud pronto se vieron empañadas por la noticia del despido de Linsey Boyd del restaurante, una semana después de recibir la propina.
Además, el medio agregó que la gerencia del café afirmó que el despido no estaba relacionado con la propina, sino que fue una decisión puramente comercial. La situación desató una controversia sobre los motivos detrás del despido de la amable mesera.
Los propietarios del restaurante, Able Martínez y Jayme Cousins, aseguraron que se preocupan por su personal y que intentan evitar despedir a empleados. Sin embargo, el despido de Linsey Boyd dejó una incógnita sobre las verdaderas razones de la decisión del restaurante.