Pablo Guede, el DT líder de Argentinos que se sube a los simuladores de Fórmula 1 para relajarse
A poco de asumir en Argentinos Juniors, dijo una frase en conferencia de prensa pos partido que le pudo haber costado el vestuario (y el puesto). A poco de asumir en Argentinos Juniors, tuvo un com...
A poco de asumir en Argentinos Juniors, dijo una frase en conferencia de prensa pos partido que le pudo haber costado el vestuario (y el puesto). A poco de asumir en Argentinos Juniors, tuvo un comienzo estadístico negativo que le pudo haber costado el puesto. Y todo eso en un doble contexto adverso: le había tocado reemplazar a un DT que había sido líder y referente de los hinchas como Gabriel Milito (por su buen trabajo en la institución) y tomaba un plantel que había sido modificado (por ventas generadas en el ciclo anterior y recambios lógicos) casi por completo. Por más que le hubiera querido dar continuidad, era un ciclo totalmente nuevo. ¿Eso terminaría siendo un problema o una ventaja? Sin embargo, Pablo Guede hoy es uno de los cuatro entrenadores que están en las semifinales de la Copa de la Liga. Vive a full, “a pura adrenalina” y va a contramano de lo que la gente común puede entender como “relax”, al punto que –amante de la Fórmula 1- sus “clases de yoga”, son cuando se sube arriba de un simulador de las carreras y acelera.
Luego de un comienzo positivo, en el que Guede arrancó su ciclo con dos triunfos seguidos, Argentinos Juniors acumuló nueve partidos sin ganar. A fines de 2023, al entrenador lo insultaba toda la cancha y le pedían que se vaya, pero el presidente Cristian Malaspina le dijo: “Vos seguí, tranquilo”. Se le fueron figuras clave como Avalos, Redondo, Torrén y Di Césare, pero el DT logró reinventarse igual.
El estilo de juego y desarrollo de lo hecho por Argentinos en este campeonato da para que el equipo se ilusione. Por lo general Guede juega con el esquema 4-3-3, aunque hay veces que modifica a los extremos; puede jugar con tres delanteros-delanteros o volantes ofensivos cubriendo esas posiciones. Encontró gol con un recuperado Maximiliano Romero (llegó de Racing) mantuvo a Luciano Gondou, tiene volantes con desequilibrio y gol en Oroz, Montiel (aunque no es titular) y Alan Lescano.
Guede prefiere a los mediocampistas interiores a perfil cambiado, con diestros ubicados del medio hacia la izquierda y zurdos que arrancan desde el centro a la derecha: desde allí ingresó Santiago Montiel para hacerle el gol a River en el Monumental. Desde allí se dispara Lescano para atacar los espacios, ya que tiene varios goles “llegando desde atrás” (y también de cabeza); Alan Rodríguez se mueve del centro a la izquierda. Genera muy buenas triangulaciones con los laterales –titulares y suplentes compiten muy bien- y los volantes interiores, genera ataques respaldados (poniendo cinco o seis jugadores en el área rival) aunque también es peligroso con avances directos y verticales. Suma 26 goles en 15 partidos y si bien toma riesgos defensivos (tiene un promedio de un gol recibido por cotejo en la Copa de la Liga) no se regala atrás. En la Copa Sudamericana lidera el Grupo F y viene de vencer a Corinthians, un gigante de Brasil.
Guede Y Los Videos Por YoutubeGuede dice que le cuesta delegar: él por lo general se encarga de la parte física, técnica, táctica. Trabaja en equipo, pero no deja de involucrarse en todos los detalles. Cuando lo probó (eso de delegar y mirar más de afuera), se sintió mal como entrenador y, además, cuenta, le fue mal. En medio del exigente calendario del fútbol argentino y que encima se mezcla con el internacional, se las ingenia para armar entrenamientos de 15 minutos. Sí. Los días posteriores al partido, ya hace movimientos sin pelota con respecto al próximo rival, pero tranquilo, para ganar tiempo de conceptos sin fundir a los futbolistas. “Y después sí, 15 minutos a full de cómo vamos a atacar y defender pero 15 minutos”, explica. Cada entrenamiento dura 80 minutos. Y los arma dándole mucha importancia al rival. Después, les manda videos de un minuto y medio a los jugadores por YouTube analizando a los adversarios que se van a cruzar el domingo. ¿Por qué no lo hace por WhasApp? “Porque en la plataforma de videos queda registrado si lo vieron o no”, reconoció hace dos semanas en una entrevista en ‘Clank!’, con Juan Pablo Varsky.
Le cuesta delegar porque así hizo el curso de DT en España: “Son tres años en donde te enseñan a trabajar solo, porque es muy difícil que en España empieces a entrenar y puedas llevarte a tu cuerpo técnico, porque no hay recursos. Cuando empecé en El Palo –una filial de Málaga-, cobraba 150 euros. Cometí muchos errores como primer DT porque nunca fui segundo. Empecé a entrenar solo y no tenés ni idea de cómo manejar algunas situaciones que se te van dando… Entonces es aprender a los golpes”.
Cultor de perfeccionar lo que se hace mal, pero sobre todo de potenciar las virtudes, dijo que se reinventó como DT después de Qatar 2022, a raíz de cómo cambió la “intensidad” del juego en el Mundial con Argentina, Japón, Marruecos. ¿Qué se entiende como ‘intensidad’? Según Guede, “intensidad no es parar de correr. No pasa por correr más. Intensidad es correr más rápido en menos recorridos, en recorridos cortos, y tener premio, recuperar la pelota”. Por eso se vio toda la liga japonesa, a raíz del partido que le hizo Japón a España. “Son ordenados, disciplinados y tienen intensidad”, destaca quien define a Bielsa como un “crack”. Tuvo una charla con el Loco y lo marcó.
Hay futbolistas que, en los años previos al retiro, ya piensan como técnicos, empieza a anotar ejercicios de sus entrenadores para aplicar luego. Guede no: “Dejé de jugar e hice el curso de DT, pero estuve 7 años sin usar el título de director técnico porque no iba a ser capaz de entrenar a jugadores como yo, jaja. Salía a correr y me escondía… No entrenaba… Mi mentalidad estaba en eso. Naaaaa, yo no puedo manejar un grupo. Es imposible, imposible, imposible…”, afirmó en la entrevista con Varsky. Y continuó: “Era rebelde como jugador, indisciplinado tácticamente, hacía lo que quería. No me quería encontrar con jugadores como yo. Y estaba en Málaga, y a un amigo de El Palo, de un equipo que estaba en tercera se le va el entrenador por un problema en el corazón. Se habían salvado del descenso y quedaban cuatro partidos. Y me pide que le dé una mano por esos cuatro partidos y yo le digo ‘Ni loco’ Me convenció, salí a la cancha a entrenar y sentí esa sensación de volver a ser futbolista y ahí me volví loco y empecé a estudiar un montón de cosas”. Pero reafirmó: “Hasta ese momento, en esos siete años había estado como director deportivo y había hecho estudios de rivales para equipos, pero nada más lejos de mí que ser entrenador”.
Nota que el fútbol cambió, hizo el clic luego de ver a Liverpool ganándole a Manchester City, en 2019. Y lo confirmó tras el Mundial de Qatar, al que fue también como hincha (como se lo ve más abajo en su publicación de Instagram). Luego de eso, tiró todos los manuales de DT que tenía y empezó de cero. “Se evolucionó mucho con la intensidad para jugar, las velocidades para jugar con y sin la pelota, para los controles y los pases, para las resoluciones. La toma de decisión es fundamental. Si cuando decidís, decidís bien, eso marca la diferencia. Y eso se puede entrenar. ¿Cómo lo hago? Con la neurociencia. Desde que empecé en Palestino que le estamos implementando. Trabajo con luces, sobre todo entrené mucho así en la pandemia, porque era lo único que se podía hacer, estaba en México y los jugadores encerrados en un departamento. E inventé trabajos de cualquier cosa, por ejemplo, con cartas. Que vayan dando vuelta una carta, vayan a tocar un cono y vuelvan. Si sale de copas, tocás el cono amarillo; si salía el de basto o par o impar le íbamos metiendo ese tipo de cosas. Ahora lo hacemos en el gimnasio, con las luces y la pelota. La pelota tiene que estar siempre, en todos los trabajos”, cuenta Guede. Y en esos ejercicios por ahí se pone a gritar. ¿Por qué? Porque los domingos después se juega con la presión, en medio del “quilombo”, como dice. Y está bueno que ejercite la toma de decisiones bajo presión y acostumbrado al “quilombo” de una cancha real, en las condiciones que se juegan por los puntos en serio.
Le gusta armar los equipos con juveniles –sean del club o recién llegados-, pero mezclados con gente de experiencia, que les dé un contexto favorable de cobertura. El recambio pos Milito en Argentinos terminó siendo una ventaja. Por eso ahora aparecieron Tobías Palacio, Román Vega, Thiago Santamaría, Alan Lescano, Ariel Gamarra, Kevin Coronel y José Herrera, entre otros. Pero con los juveniles solo tampoco hubiera sido posible, es el combo. En cuanto a refuerzos, no pide jugadores por nombre y apellido, les da a los dirigentes referencias de “características” para cada rol. Y ellos buscan. Si después pasa el “chequeo” personal y profesional, no hay mucho para discutir: ya está adentro del grupo.
Tuvo una frase después de una derrota con Rosario Central por 3-1 en el Gigante de Arroyito que pudo haber explotar el vestuario. El de Argentinos y cualquier otro. “Sabemos que hay que marcar a Campaz y a Malcorra pegados y al hombre, y dejamos a los dos libres. Entonces… Es muy claro. Si estás trabajando toda la semana que no la agarre Campaz y que no la agarre Malcorra y les dejás diez metros de distancia… Ahí no lo agarrás ni con una moto a Campaz. No podemos regalar tres goles, es imposible. Mientras sigamos regalando goles y situaciones en contra, se va a hacer muy difícil. Necesitamos una cura de humildad urgente. ¡Urgente! Porque el escudo está por encima de todos. Y lo digo en conferencia porque se los dije a ellos en la cara”.
🗣️ ¡EXPLOTÓ GUEDE!: DEL "A CAMPAZ NO LO AGARRÁS NI CON UNA MOTO" AL "NECESITAMOS UNA CURA DE HUMILDAD URGENTE" 😡
Tras caer ante #RosarioCentral en el Gigante, el entrenador del Bicho fue autocrítico y muy duro con el rendimiento de sus dirigidos.
🎙️ @PasoaPaso pic.twitter.com/7ge2uj0ilX
Pero como es frontal con todos los jugadores, así como sucedió ante Rosario Central, también tuvo una al revés, en Córdoba: “Fallé yo con los cambios ante Talleres”, les reconoció a los jugadores porque vio que iba a entrar Girotti y agregó un central cuando faltaban 15 minutos para terminar el partido. Según Guede la falla estuvo no en la modificación, sino en el tiempo que faltaba porque el rival no los había inquietado hasta ese momento. No era necesario ese cambio, me cebé. ¿¿¿'Para qué, Pablo, para qué???’, después me repetía. Y ahí tengo una frase que me digo: ‘Me agarró un ataque de entrenador’. Pero tengo a mi cuerpo técnico, Coco y Germán, que son mi cable a tierra”. Y habla mucho con los jugadores, les explica siempre que toma una decisión. El por qué. Pueden estar de acuerdo o no, pero les explica a los futbolistas las razones tácticas o futbolísticas puntuales de por qué van a jugar o no el partido que viene. Dice: “Yo a mis jugadores les doy el corazón, les doy todo. Pero no me banco la traición”.
“Necesito esa adrenalina”, dice Guede antes de tirarse en la montaña rusa en Disney o cuando se sube a un simulador de Fórmula 1. El día que lo llamó Cristian Malaspina, presidente de Argentinos, para hacer una charla con él, Guede estaba de vacaciones con la familia en Orlando. Para prepararse para la videoconferencia con el dirigente, sobre si iba a aceptar el puesto o no, el DT ya había entrado en la locura de ver videos del equipo de Milito mientras hacían las colas para los juegos en el Parque de Diversiones. La historia luego es conocida. Arrancó mal, a los tropiezos desde los resultados, pero se encaminó. Ahora está con su equipo entre los cuatro mejores de la Copa de la Liga, a dos partidos de ser campeón, disfrutando el carrusel de emociones y sin tener ganas de bajarse.
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