El cordobés Gabriel Bornoroni fue ungido como presidente de bloque de Diputados de La Libertad Avanza (LLA) el miércoles, después de un día caótico para esa fuerza, en medio de internas y dardos cruzados. Las intenciones de que condujera el espacio, terminal directa de la Casa Rosada en la Cámara baja, se barajaba desde hace unas semanas por la falta de convencimiento del Ejecutivo con Oscar Zago, sobre todo de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.

El último aval de poder fuerte que había tenido el dirigente fue cuando a principios de este mes, la hermana del presidente Javier Milei viajó a Córdoba para acompañarlo a la Justicia y avanzar en los trámites para inscribir a LLA como fuerza propia, en medio de una disputa por el nombre y los sellos con otros actores de la política local que habían contribuido durante la campaña presidencial.

El Poder Judicial lo autorizó y así hizo un paso más para la constitución de la fuerza en ese distrito, algo de sumo interés para Karina Milei, que trabaja arduamente en el armado en cada territorio para después comulgar hacia la partidización nacional.

Esa vez, la secretaria general arribó a Córdoba junto a uno de sus laderos más estrechos, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. Los dos jugaron en tándem ayer para bajar a la diputada Marcela Pagano de la titularidad de la Comisión de Juicio Político -de alto interés para la Casa Rosada- y desautorizar a Zago. Ambos también aceleraron la llegada de Bornoroni a la presidencia del bloque más tarde.

Antes de estos dos episodios, sin embargo, el cordobés ya se había hecho con la conducción de una comisión clave: la de Legislación General. Por ahí pasó buena parte de la discusión de la primera ley bases, que ahora reinsertará el Ejecutivo pero en versión acotada. Cuando se dio el debate de aquel proyecto que finalmente no tuvo eco en el recinto, Bornoroni se mostró con cintura para administrar los cruces entre los referentes de las distintas bancadas.

Dueño de estaciones de servicio en Córdoba a través de la firma Bornoroni Hermanos, el diputado oficialista es jefe de la Federación de Expendedores de Combustibles y Afines del Centro de la República (Fecac) y fue desde 2019 hasta 2023 titular de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (Cecha). Activo en este rol durante la pandemia, fue quien articuló con el entonces Ministerio de Desarrollo Productivo, a cargo de Matías Kulfas, para lograr la asistencia ATP para las estaciones y la habilitación de los protocolos para continuar con la actividad.

Abogado de profesión, en su estudio es socio de Andrés Bauzá, hijo del fallecido exjefe de Gabinete Eduardo Bauzá, que acompañó a Carlos Menem, una figura que devela al Presidente. Su compañero de estudio jurídico ahora es titular de la Anses en la provincia.

A la campaña libertaria, Bornoroni se plegó en febrero de 2023 y se ubicó segundo en la lista a diputados después de María Celeste Ponce -creadora de los Pumas Libertarios-. En las elecciones la lista legislativa obtuvo tres bancas: para Ponce, Bornoroni y María Cecilia Ibáñez, del MID, partido que contribuyó con el sello y ahora friccionó ante las intenciones de Karina Milei de impulsar la firma propia. Bornoroni se impuso ante sus dos compañeras de lista este año, al momento de quedarse con la construcción de la línea original a nivel cordobés.

Anoche, luego de una reunión de bloque de urgencia en la que no estuvieron ni Zago ni Pagano, Bornoroni escribió en X: “Quiero agradecer a todos mis compañeros de LLA por haberme elegido como el nuevo presidente de bloque. Vamos a seguir trabajando para aprobar las leyes que necesita Milei para sacar adelante al país”.

Quiero agradecer a todos mis compañeros de @LLibertadAvanza por haberme elegido como el nuevo presidente de bloque.

Vamos a seguir trabajando para aprobar las leyes que necesita @JMilei para sacar adelante al país.

VLLC!!!

A su salida de la sala, evitó polemizar. La tarde había sido muy revuelta. Ahora le tocará el tratamiento del proyecto de ley bases, que el Gobierno está a punto de introducir al Congreso y pretende hacer caminar, después del primer intento fallido.