De repente, sus caminos se cruzan y, entre ellos, surge el amor. Él la enamora con su poesía y ella lo hechiza con la luz de sus ojos, dice el argumento de Moulin Rouge, la icónica película de 2001. Hoy, fuera de la pantalla grande y cuando diciembre de 2023 está dando sus últimos coletazos, muchos aseguran que habría algo muy especial entre Alejandro Sanz y la bellísima Mónica Cruz.

Este año, los paparazzi los atraparon en varios eventos –desde la asistencia de Mónica a varios conciertos de Sanz y la coincidencia de ambos en los Grammy Latinos, en Sevilla, en noviembre–, sin embargo, todos los encuentros parecían casuales y siempre rodeados de gente. Pero lo que hizo sonar las alarmas fue la divertida fiesta de disfraces inspirada en Moulin Rouge que el intérprete de “Corazón partío” organizó para celebrar sus 55 años.

Aunque todavía hay cautela, muchos creen que el evento del martes 19 de diciembre, en el Teatro Barceló de Madrid (un día después del cumpleaños de Sanz, que fue el 18), fue una gran excusa para blanquear esta relación que, según parece, ya tendría el visto bueno del entorno íntimo del cantante: sus dos hijos mayores, Alexander y Manuela, se siguen mutuamente en las redes sociales con la actriz de “Un paso adelante”, quien –además– es amiga de Raquel Perera, la exmujer de Alejandro y madre de Dylan y Alma, sus hijos menores. La confirmación del amor sería la mejor manera de empezar un nuevo año para el cantante, quien dejaría atrás un año atravesado por la tristeza y la depresión.