Cuando lo detuvieron dijo que vivía en Laferrere. En ese momento, los policías de la comisaría de Villa Barceló, en el partido de Lanús, decidieron realizar la verificación del domicilio. Pero cuando los efectivos llegaron a la casa señalada por el menor, comprobaron que nadie lo conocía.

Tener la certeza que, el adolescente que, a las 7.30 habían apresado después de un tiroteo con un grupo de policías, era el menor delincuente acusado de cometer tres homicidios y que había huído de un Centro de Detención, en La Plata, les llevó casi todo un día a los efectivos de la mencionada seccional.

Debido a que comenzó a robar cuando todavía no había cumplido 12 años, Martincito conoce a la perfección las grietas del sistema penal para demorar su identificación con el objetivo de ganar tiempo para escapar o, eventualmente, que no lo vinculen con los tres homicidios que le adjudicaron.

A principios de este año, Martincito, un múltiple homicida adolescente, que cometió su primer asesinato cuando tenía 13 años, concretó su tercera fuga de un Instituto de Menores de la provincia de Buenos Aires. Fue la segunda evasión en menos de un año.

El 7 de enero pasado, el menor asesino levantó el alambrado perimetral del centro de detención Francisco Legarra, en Villa Esperanza, La Plata, y huyó. Además de esta evasión, tenía dos intentos de fuga. Antes de huir protagonizó una tentativa de evasión del instituto de Menores conocido como “El Castillito”, de La Plata.

Debido a ese intento de fuga, durante el que agredió a un celador, las autoridades decidieron trasladar a Martincito a un centro de detención de mayor seguridad. Al menor homicida le llevó un día encontrar la forma de poder escapar del instituto Legarra. Simplemente, levantó el alambrado y huyó.

En las últimas horas, Martincito fue detenido nuevamente. Después de concretar la tercera evasión volvió a su barrio, en Lomas de Zamora. A pesar que tenía un pedido de captura vigente, Martincito se movía con comodidad en la zona. Debido a que es menor, su imagen no puede ser difundida, así que es un desconocido para muchos policías y para los vecinos.

El único recaudo que el menor delincuente adoptó fue no robar cerca de su casa porque está a cuatro cuadras de la vivienda donde fue asesinada Uma, la niña, de 9 años, que una banda de asaltantes mató cuando le quisieron robar el automóvil a su padre. Después del homicidio de la pequeña, el barrio tuvo mayor presencia policial, así que Martincito decidió ir a robar a Lanús.

A las 7.10, Martincito, que actualmente tiene 17 años, intentó robarle la moto a un vecino de Villa Barceló, cerca del cementerio de Lanús, que salía de su casa para ir trabajar. En ese momento, otro vecino advirtió el asalto y alertó al número de emergencias 911.

Una patrulla policial interceptó a los ladrones en la esquina de Achával y Chorroarín. Allí, Martincito intentó huir a los tiros. Disparó contra los policías que lo perseguían. Mientras escapaba irrumpió en viviendas de la zona y trepó por los techos. En ese derrotero habría descartado la pistola 9 mm con la que disparaba con los uniformados que pugnaban por detenerlo.

Finalmente, los efectivos lograron apresar al ladrón que, en ese momento aportó una identidad falsa y un domicilio apócrifo. En ese momento, los policías ignoraban que el asaltante que habían detenido era uno de los menores delincuentes más sanguinarios de la zona sur del conurbano.

Después de ocho horas, cuando los policías confrontaron al menor asaltante con los datos aportados por los efectivos de la comisaría de Laferrere que indicaron que nadie lo conocía en la casa de esa localidad que había aportado como domicilio, el adolescente admitió que tenía una causa penal en el Departamento Judicial Lomas de Zamora.

Debido a que tenía 15 años, cuando, el 1° de enero de 2022 asesinó a Lara Fernández, de 17, para robarle el celular, en Ingeniero Budge, Martincito es considerado para la ley como un menor no punible. Esto significa que nunca será condenado por el asesinato de la adolescente ni por los otros cuatro homicidios que le adjudicaron cuando era más chico.

Lara y sus amigos fueron interceptados luego de festejar el Año Nuevo. Martincito y tres cómplices les cortaron el paso en la esquina de Falucho y Olmos, en Lomas de Zamora.

“Que nadie se mueva. Si alguien se mueve les damos masa”, gritó uno de los cómplices de “Martincito”. “Entreguen los celulares”, exigió otro de los ladrones. Lara se resistió. Cuando sus amigos giraron sus cabezas, después de escuchar el disparo, Lara estaba en el piso, inconsciente y sangraba por la nuca y la nariz.

Los cuatro asaltantes huyeron por Falucho en dirección a Estanislao Del Campo. Los atacantes quedaron grabados por cámaras de seguridad de la zona. En las imágenes que consiguió la policía, luego que fueron difundidas por los vecinos, los agresores aparecían con la misma ropa que llevaban en el momento de asesinar a la estudiante, de 17 años.

Este fue uno de los cuatro homicidios que le adjudicaron a Martincito y por los que nunca será sometido a un proceso penal debido a que es menor no punible. Mientras tanto, permanecerá detenido en un Instituto de Menores bonaerense, de dónde no se escapan aquellos que no quieren.