
Boleta única: una jugada del kirchnerismo amenaza con empantanar el debate en el Senado
En una astuta jugada para evitar una derrota...
En una astuta jugada para evitar una derrota y, de paso, trabar el tratamiento de un tema que rechaza de plano, el kirchnerismo decidió apoyar el dictamen con modificaciones impulsado por un interbloque provincial y tendió un manto de dudas sobre la posibilidad de que el Senado pueda tratar en el recinto el proyecto de ley de boleta única de papel, aprobado hace un más de un año y medio por la Cámara de Diputados y cajoneado por orden de la entonces vicepresidenta Cristina Kirchner.
La movida de Unión por la Patria dejó al Senado dividido en partes iguales detrás de sendos dictámenes, tras el plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Justicia y Asuntos Penales celebrado esta tarde.
Uno, el impulsado por el oficialismo libertario y los exsocios de Juntos por el Cambio, que promueve la aprobación del texto remitido por la Cámara baja y, por lo tanto, su sanción definitiva. El otro, presentado por la senadora Mónica Silva (Juntos Somos Río Negro) y al que sumó su firma en masa el kirchnerismo, que propone cambios a la iniciativa, lo que obligaría a su regreso a la Cámara baja en segunda revisión.
Pero los efectos de la jugada peronista van más allá de dilatar el debate devolviendo el proyecto a la Cámara de Diputados. Es que, a priori, cada una de las dos posiciones reuniría 36 votos en una eventual sesión. Pero en este caso la cuestión no se puede saldar con el voto de desempate de la presidencia del cuerpo, ya que por tratarse de una reforma electoral la iniciativa necesita ser aprobada por mayoría absoluta que, en el caso del Senado, es de 37 votos afirmativos.
Esta inusual, aunque no inédita, situación de tablas legislativas obligará a los impulsores de la aplicación de la boleta única de papel a tener que abrir negociaciones para tratar de sumar ese último voto que les permita sancionar la ley y evitar nuevas dilaciones.
A priori, todo indica que deberá mediar una negociación a nivel del Poder Ejecutivo Nacional para destrabar esta situación, ya que son dos fuerzas provinciales que gobiernan sus provincias las que impulsan el dictamen que apoyó el kirchnerismo.
Se trata de Juntos Somos Río Negro, liderada por el gobernador Alberto Weretilneck, y el Frente Renovador de la Concordia de Misiones, comandada por el peronista Carlos Rovira. Estas dos fuerzas conforman en el Senado el interbloque Innovación Federal, que consta de tres integrantes: la rionegrina Silva y los misioneros Carlos Arce y Sonia Rojas Decut.
La complicación que introdujo la jugada del kirchnerismo en el campamento libertario quedó expuesta casi de inmediato. Apenas unos minutos después de finalizado el plenario de las comisiones, voceros de la vicepresidenta Victoria Villarruel informaron que, por el momento, no está previsto que el tema se trate en sesión la semana próxima.
Luego de haberse negado a debatirlo durante más de un año y medio, el proyecto fue aprobado por Diputados en junio de 2022, y de fracasar en su intento por dilatar el debate por una semana más, los senadores kirchneristas encontraron en las modificaciones propuestas por la rionegrina Silva una salida de lujo para complicarle el panorama a Villarruel y a los bloques de la UCR y de Pro, que se mostraban confiados en avanzar rumbo a la sanción definitiva de la iniciativa, aún cuando sabían de las diferencias planteadas por algunos senadores.
Sin embargo, el alineamiento de Unión por la Patria detrás del dictamen que propone cambios modificó el escenario de manera dramática, al sumar sus 33 senadores a los tres legisladores del interbloque Innovación Federal que integran rionegrinos y misioneros.